domingo, 26 de agosto de 2007

Un caracol

Soy un caracol. Me muevo demasiado despacio en un mundo que se mueve muy deprisa y que me arrastra con él. Todo lo que hago lo hago con cuidado, sin prisa. A mi me gusta hacerlo así y acelerar supone el principio del estrés para mí.

Esto suponía un suplicio para mí en mi infancia en las clases de plástica. Yo dibujaba despacio, coloreaba lentamente, pegaba las cosas sin precipitarme... pero luego me daba cuenta de que todos los demás habían terminado, y casi siempre me tocaba quedarme un rato más o terminarlo en casa.

Actualmente este hecho me sigue trayendo complicaciones. Si lo sumo a mi terrible indecisión y miro hacia atrás en el tiempo me doy cuenta de que he perdido muy buenas oportunidades. A veces me quedo atrás sin poder evitarlo. He perdido mucho tiempo por no haberme dado prisa.

Pero también está, por supuesto, el lado positivo. Hace unos meses tomé una de las decisiones más importantes de mi vida, y los meses sucesivos han sido los meses más felices de mi vida. Eso se lo debo a otro caracol como yo. Y es que no fue una decisión repentina. Todo ocurrió cuando tenía que ocurrir. Fue poco a poco, y esta vez no me importó que fuese así, porque cada paso fue muy dulce.

Ahora, más que nunca, me alegro de ser un caracol.

3 comentarios:

JT dijo...

los caracoles se mueven en silencio. no abusan del tiempo. En cierta forma, lo alargan.

Que mejor forma de combatir el ruido, de buscar el silencio !

JT dijo...

Gracias por enlazarme en tu blog !!

Tambien estas desde hoy en RUIDO !!

Hematie dijo...

Bienvenido!! :)
Gracias igualmente por tu enlace!! Me alegro mucho de estar enlazada en RUIDO.

Pues en cierta forma espero de verdad alargar el tiempo, sin abusar de él. Poder seguir haciendo las cosas a mi ritmo, y efectivamente, buscando el silencio.