martes, 3 de julio de 2007

Una cosa curiosa en el Metro

Miles de usuarios cogen el Metro cada día y hacen generalmente dos viajes, el de ida y el de vuelta. La duración media de cada desplazamiento es de media hora (¡ja!... eso con suerte de que no tardes un mínimo de una hora o que se rompa la línea). Teniendo en cuenta eso serían unas 5 horas dentro del Metro a la semana o 10 en la mayoría de los casos. Asique pongamos que son entre 20 y 40 horas al mes y entre 240 y 480 horas al año. Eso es mucho tiempo...

¿A qué viene esto? Pues al hecho de que estuve pensando ayer, a raíz de lo que vi, que durante todo ese tiempo se puede vivir o presenciar de todo dentro de ese extraño mundo subterráneo. A veces cosas muy desagradables, como robos u otros delitos... pero a veces las cosas más curiosas y extrañas. Me da la impresión de que rodeados y apretujados entre tanta gente que no conocemos podemos ser un poco más nosotros mismos... total, es muy improbable que volvamos a ver a toda esa gente o que, si se da al caso, nos acordemos de ellos.

Pues bien, ayer prensencié una cosa bastante curiosa. Es sólo una tontería, pero es una de esas cosas que te arracan una sonrisa sin que te des cuenta: ayer una chica iba sentada en el Metro con un loro encima de ella, jugueteando con sus brazos. Iba tan tranquilo, imitanto el sonido del silbido humano de vez en cuando y picoteando los brazos de su dueña para pasar el rato. Y no solo eso. Cuando se levantó el chico que estaba sentado al lado de ella, dejó al loro en el asiento que se había quedado libre, le puso algo de comida para que no se moviese, y allí se quedó.

Supongo que lo que más gracia me hizo de todo fue cuando un niño se acercó a ella y le pregutó si podía tocarle. Le dijo que sí, pero con cuidado. El niño le tocó con todo el cuidado del mundo y después, con sonrisa enorme se volvió hacia su madre y le dijo: "¿has visto mamá, ¡le he tocado!?".

Me bajé aun sonriendo. Me gustan las cosas curiosas que pasan en el Metro.

3 comentarios:

Krahm dijo...

El naixement d'un nou blog sempre és agradable, com el d'una persona, o un animal. Llarga vida doncs! :)

Hi ha una cosa que també té com a característica el Metro. I és que no només hi ha gent que no tornarás a veure mai, també hi ha metro-veïnats. Aquells que sovint et trobes al vagó perquè realitzen el mateix viatge que tu cada dia.

Quina gràcia el lloro!

Jaqme dijo...

Jajajajaj
Que bo!
I el més curiós és que aquest fet també m'ha fet riure amb tanta distància i tants de bits pel mig!
:D

Hematie dijo...

¡Muchas gracias por la bienvenida y por los comentarios! ¡Qué ilusión! ¡Sed bienvenidos igualmente! xD
La verdad es que fue una lástima no haber tenido la cámara encima para haberle hecho una foto al loro...