miércoles, 4 de julio de 2007

Robar a gatas

Ayer vivimos una amiga y yo una de esas experiencias absurdas y molestas que no se olvidan nunca. Una experiencia que hizo, además, que nos remplanteásemos una vez más hasta donde pueden llegar las cosas.

Todo empezó como una tarde más en la que fuimos a dar una vuelta por la calle Alcalá y después a comer algo. Nos apetecía un helado del Mc Donald's y allí nos dirigimos. Helado en mano nos sentamos en una mesa doble (en decir, que al lado de nuestra mesa había otra pegada). En un momento dado un chico muy simpático nos preguntó si sabíamos si las sillas de la mesa de al lado estaban vacías. Mi amiga y yo le miramos y le contestamos que sí. En esos pocos segundos, nuestra única distracción, alguien (su compinche) se metió a gatas por debajo de las mesas en las que estábamos sentadas y le robó el bolso a mi amiga sin que se diese cuenta de nada, el cual tenía estratégicamente puesto entre las piernas, precisamente para evitar este tipo de robos...
La cara que se nos quedó diez minutos más tarde cuando nos levantamos para irnos y vimos que no estaba fue, os aseguro, memorable. Igual que la cara de mofa que puso el vigilante cuando le explicamos la situación, el cual no hizo nada para ayudarnos y que ni tan siquiera sabía donde estaba la comisaría más cercana. Dos oportunos y amables policías que encontramos en la calle fueron los que nos dijeron que debíamos ir a la comisaría de la Policia Nacional en Ventas.
Tres vergonzosas e inexplicables horas fue lo que tardamos en poner la pertinente denuncia, tiempo durante el cual pudimos anular sus tarjetas, incluida la del movil. El policia que le tomó los datos a la entrada le soltó que tampoco era muy importante denunciarlo. Y eso teniendo en cuenta que delante de nosotras había una chica que quería denunciar una suplantación de identidad a raíz de haber perdido un año antes el DNI. Ayer, de verdad, no salíamos de nuestro asombro. Parecía como si hubiésemos entrado en el mundo de lo absurdo.Lo peor, supongo, es saber que podrán seguir haciendo este tipo de cosas sin que les pase nada.

A veces Madrid, por estas y cosas mucho peores, me hunde. Es igualmente un sitio increible lleno de cultura y gente de todo tipo, pero me cuesta verlo cuando pasan estas cosas.
Supongo que eso nos pasa a todos, ¿no?

3 comentarios:

Krahm dijo...

Ara ja sé perquè Esperant a Godot és una obra mestra. Crec que Samuel Beckett la va escriure mentre esperava per posar una denúncia. :)

Jaqme dijo...

Avui pensava en el teu post assegut a la terrassa d'un bar del meu poble amb uns amics. Tenia la meva càmera de fotos amb jo, i l'he penjada de la cadira, dins la funda, fins que amb la conversa m'he oblidat d'ella.
Minuts després he pensat en ella i en un acte reflexa he pensat que me la podien haver robat i hi he posat la mà a sobre.
Hi era.
:P
Supòs que el que expliques en el teu post és la causa de que quan vaig a la ciutat mai m'hi relaxi.

La meva resposta a la teva pregunta final és que sí, és que quan passen aquestes coses pensam lo malament que va tot. Però veure-ho en la distància és com llegir "El Lazarillo de Tormes".
:)

Hematie dijo...

Krham: ¡¡exacto!! jajaja. Seguro que la escribió así. A mí me daban ganas de preguntar constantemente "¿qué hacemos aquí?" a lo que mi amiga constestaría: "esperamos a poner una denuncia". Fue todo tan absurdo...

Jaqme: envidia envidiosa... me gustaría vivir así de despreocupada. Es un asco desconfiar de todo el mundo, ahora ya especialmente de la gente simpática, que son los que te clavan el hacha por la espalda.
Me ha hecho gracia lo de "El lazarillo de Tormes" xD