lunes, 30 de junio de 2008

Feliz Aniversario

Hoy hace un año que empecé a escribir en este blog. No estaba segura de si duraría, ni de cómo sería, ni si iba a valer la pena. He escrito un poco de todo y poco a poco ha ido cogiendo forma. 366 días han dado para mucho.

Hace meses pensé dejar de escribir en él, pero es algo en lo que no he vuelto a pensar, ni siquiera en estas últimas tres semanas en las que no he escrito. Y es que cuanto más tiempo libre tengo, peor me organizo.

En este tiempo se ha convertido en una parte más de mí. Es como la familia, la pareja y los amigos. Está en los buenos y en los malos momentos.

Puede que lo que más me haya gustado haya sido compartir "Cosas" con quienes lo leeis. Aprovecho para daros las gracias por vuestros comentarios. No sería lo mismos sin ellos y sin vuestros blogs.

Feliz Cumpleblog.

sábado, 7 de junio de 2008

El fantasma de las fiestas pasadas

Cuando era pequeña esperaba con unas ganas horribles la llegada de junio. No era por el final de las clases, sino porque llegaban las fiestas del sitio donde vivo, y con ellas la feria.

Me volvía loca de ilusión. La música, el olor y las atracciones. Cada día salía un rato con mis padres y me montaba en un montón de cosas. He llegado a estar una hora y media con mi padre montada en los coches de choque. Nos encantaban.

Me compraban algodón de azúcar, que nunca me acababa, y ellos se compraban churros o almendras garrapiñadas. A veces también venían mis hermanos y se montaban conmigo en alguna cosilla en la que cupiesen.

Tres días de indescriptible felicidad.

Por aquel entonces las ferias se veían desde mi ventana. Cada año, el último día, me despedía de ellas antes de irme a la cama. Miraba por la ventana un poco triste y pensaba que ójala llegase pronto el próximo año.

Lo bueno era saber que siempre volvían.

miércoles, 4 de junio de 2008

Sin derecho


Tras la lluvia de las últimas semanas y con los dos últimos días de Sol, han llegado las hormigas voladoras, también llamadas aludas. Las he visto al llegar a casa, en el portal. Había cientos.

Si hubiese podido me habría comunicado con ellas para decirlas que huyesen, que volasen lejos de allí, hacia el parque al menos.

Cuando he vuelto por la tarde había habido una masacre. Ya no se movían y había restos de insecticida.

A mí no me gustaría tener la cocina llena de hormigas voladoras comiendo mi comida, pero tampoco me ha gustado ver esa imagen.

Si ya de por sí no abunda la consideración con animales más grandes, lo que hacemos con los pequeños son verdaderas matanzas.

Me hubiese gustado tener una flauta, como la del flautista de Hamelín.

Pero sobre todo me gustaría que hubiese una forma de ahuyentarlas sin tener que matarlas. Seguro que tiene que haber una forma.

Somos más grandes y quizá más fuertes, pero no siempre más inteligentes. El animal grande mata al pequeño, pero si no nos vamos a comer a las hormigas podríamos encontrar la forma de convivir con ellas.

Ellas también tienen derecho.